Donald Trump, nuevamente candidato republicano a la presidencia de Estados Unidos, ha arremetido contra los migrantes utilizando cifras exageradas y retórica inflamatoria. Durante una entrevista en el programa de radio The Hugh Hewitt Show, Trump afirmó que los migrantes están “envenenando la sangre” de Estados Unidos y llegaron a extremos insólitos al decir que incluso “comen mascotas”. Estas declaraciones recuerdan su retórica de la campaña electoral de 2016, donde también utilizó la migración irregular como uno de los temas centrales.
Trump, quien ha radicalizado su discurso migratorio a medida que se acerca la fecha de las elecciones presidenciales del 5 de noviembre, acusó a la actual vicepresidenta Kamala Harris de permitir la entrada de “asesinos” al país. “¿Qué le parece permitir la entrada de personas a una frontera abierta, 13 mil de las cuales eran asesinos, muchos de ellos asesinaron a mucho más de una persona?”, señaló durante la entrevista.
Estas cifras provienen de una carta difundida en septiembre por el congresista republicano Tony Gonzales, quien citó datos del Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE). Según la carta, habría 425 mil migrantes con condenas penales viviendo en libertad en Estados Unidos, incluidos más de 13 mil condenados por homicidio. Trump ha utilizado estas cifras para reforzar su postura contra la migración, un tema que ha sido central en sus campañas políticas.
El discurso de Trump, que en muchos aspectos refleja el tono de su campaña anterior, busca captar el apoyo de votantes preocupados por la seguridad fronteriza. Sin embargo, sus afirmaciones han sido criticadas por la falta de precisión y el uso de exageraciones para incitar temor sobre la migración. La retórica sobre “malos genes” y “envenenar la sangre” ha sido condenada como xenófoba y divisiva, además de que aviva el temor y prejuicio hacia las comunidades migrantes en Estados Unidos.