Este 7 de mayo de 2025, la Capilla Sixtina cerrará sus puertas para dar inicio al cónclave más grande y diverso en la historia de la Iglesia Católica. Un total de 133 cardenales electores, provenientes de 71 países, se reunirán para elegir al sucesor del Papa Francisco, quien falleció el pasado 21 de abril a los 88 años.
La diversidad geográfica y cultural de los participantes refleja la universalidad de la Iglesia y plantea un proceso de elección más complejo. El número récord de electores y la variedad de contextos representados podrían influir en la dinámica del cónclave y en la elección del nuevo Pontífice.
Durante el cónclave, los cardenales residirán en la Casa Santa Marta y estarán aislados del mundo exterior. Se realizarán hasta cuatro votaciones diarias, y se utilizarán señales de humo para informar al público: negro si no hay decisión y blanco cuando se haya elegido al nuevo Papa.
La elección se produce en un contexto de reflexión sobre el legado del Papa Francisco y las posibles direcciones futuras de la Iglesia Católica. Se espera que el nuevo Papa continúe con las reformas iniciadas por su predecesor o marque un nuevo rumbo en la conducción de la Iglesia.